¿Por qué los gatos adoran las cajas? La ciencia detrás

El instinto de protección y seguridad

Los gatos buscan espacios cerrados como cajas porque les brindan una sensación de protección. En la naturaleza, los felinos se refugian en lugares estrechos para esconderse de depredadores o acechar presas. Un estudio de la Universidad de Utrecht (2014) demostró que los gatos en refugios con acceso a cajas mostraban menos estrés y se adaptaban más rápido a nuevos entornos.

Ejemplo: Un gato doméstico puede elegir una caja de cartón sobre una cama abierta porque reduce su campo visual, lo que le hace sentir menos vulnerable. Esto es especialmente común en razas como el Siamés o el Bengalí, conocidas por su alta reactividad al entorno.

Regulación térmica y comodidad

Las cajas, especialmente las de cartón, son aislantes térmicos naturales. Los gatos prefieren temperaturas entre 30°C y 36°C, según la Asociación Americana de Medicina Felina. Una caja ayuda a retener el calor corporal, algo vital para razas de pelo corto como el Esfinge o el Devon Rex.

Consejo: Si tu gato evita su cama en invierno, coloca una caja con una manta térmica en un rincón tranquilo. Evita plásticos o materiales sintéticos que acumulen electricidad estática.

Estímulo mental y juego

Las cajas funcionan como juguetes cognitivos. Un experimento del Laboratorio de Comportamiento Animal de Harvard (2017) observó que los gatos pasaban un 25% más tiempo interactuando con objetos si estos estaban dentro de una caja. El espacio limitado desencadena su curiosidad innata.

Dato: Introduce una caja con agujeros laterales y esconde premios dentro para estimular el comportamiento de caza. Esto es ideal para razas activas como el Maine Coon o el Abisinio.

Marcaje territorial y feromonas

Al frotarse contra las paredes de una caja, los gatos liberan feromonas faciales (F3), que marcan el área como segura. La Revista de Etología Aplicada (2020) explica que este comportamiento reduce conflictos en hogares con múltiples felinos.

Ejemplo: Si introduces una nueva caja en una casa con varios gatos, rocíala con feromonas sintéticas (Feliway®) para evitar disputas. Las razas territoriales como el Persa o el Británico de Pelo Corto son especialmente sensibles a esto.

Consejos para elegir la caja ideal

• Tamaño: Debe ser 1.5 veces el largo del gato para que pueda girarse cómodamente.
• Material: Cartón corrugado sin tintas tóxicas. Evita cajas con adhesivos o plásticos.
• Ubicación: Colócala en zonas elevadas (estanterías, alféizares) para satisfacer su instinto de vigilancia.
• Variedad: Cambia las cajas cada 2-3 semanas para mantener su interés.

Nota: Algunas razas, como el Scottish Fold, prefieren cajas con bordes altos que les permitan apoyar la cabeza.

Cuando la atracción por las cajas puede ser un problema

Si un gato pasa más de 8 horas diarias dentro de una caja y evita interactuar, podría indicar estrés crónico o dolor articular. La Clínica Veterinaria de Cornell recomienda consultar a un especialista en estos casos, especialmente en razas propensas a artritis como el Ragdoll.

Señales de alerta:

• Rascado excesivo en las paredes de la caja (posible dermatitis).
• Jadeo o respiración acelerada dentro del espacio (sobrecalentamiento).
• Rechazo a salir incluso para comer o usar el arenero.