Cómo saber si mi gato está enfermo: 10 señales

- 1. Cambios en el comportamiento
- 2. Alteraciones en el apetito o la sed
- 3. Pérdida o aumento de peso inexplicable
- 4. Problemas en el pelaje o la piel
- 5. Alteraciones en la caja de arena
- 6. Letargo o falta de energía
- 7. Dificultad para respirar o tos
- 8. Secreciones oculares o nasales
- 9. Mal aliento o babeo excesivo
- 10. Posturas anormales o cojera
1. Cambios en el comportamiento
Los gatos son animales de hábitos. Si tu felino se vuelve repentinamente retraído, agresivo o excesivamente pegajoso, podría indicar malestar. Por ejemplo, un gato que solía ser sociable y ahora se esconde, o uno tranquilo que maúlla sin parar, merece atención veterinaria.
2. Alteraciones en el apetito o la sed
Un aumento o disminución drástica en la ingesta de agua o comida es una señal clave. Razas como el Siamés o el Persa son propensas a enfermedades renales, donde la sed excesiva es un síntoma temprano. Si tu gato deja de comer por más de 24 horas, acude al veterinario.
3. Pérdida o aumento de peso inexplicable
Una variación del 10% o más en su peso corporal sin cambios en la dieta es alarmante. La pérdida de peso puede deberse a diabetes o hipertiroidismo, común en gatos mayores de 7 años. Usa una báscula precisa y registra su peso mensualmente.
4. Problemas en el pelaje o la piel
Un pelaje opaco, caspa, calvas o heridas sugieren problemas. Razas de pelo largo como el Maine Coon requieren cuidados especiales para evitar nudos que oculten irritaciones. Revisa su piel semanalmente durante el cepillado.

5. Alteraciones en la caja de arena
Cambios en la frecuencia, color u olor de la orina o heces son señales claras. Por ejemplo:
- Orina con sangre: posible infección urinaria.
- Heces muy duras o líquidas: problemas digestivos.
Invierte en una arena de calidad que permita detectar anomalías fácilmente.
6. Letargo o falta de energía
Si tu gato duerme más de lo habitual (más de 20 horas al día) o rechaza jugar, podría tener fiebre o dolor. Compara con su nivel de actividad normal; algunos gatos, como el British Shorthair, son naturalmente tranquilos, pero cualquier cambio bruto es relevante.
7. Dificultad para respirar o tos
Sonidos como sibilancias, estornudos frecuentes o respiración con la boca abierta requieren atención urgente. Razas braquicéfalas como el Persa son más vulnerables a problemas respiratorios.

8. Secreciones oculares o nasales
Legañas abundantes, ojos rojos o mocos espesos pueden indicar infecciones. Limpia suavemente con gasas estériles y solución salina, pero si persiste por más de 48 horas, consulta a un especialista.
9. Mal aliento o babeo excesivo
El mal olor bucal no es normal. Puede señalar gingivitis (común en gatos mayores) o problemas renales. Cepilla sus dientes con productos veterinarios y revisa sus encías: deben ser rosadas, no rojas o inflamadas.
10. Posturas anormales o cojera
Un gato que arquea la espalda (como un "halloween cat") podría tener dolor abdominal. La cojera, incluso leve, sugiere lesiones o artritis. Observa si evita saltar o tiene rigidez al moverse, especialmente en razas grandes como el Ragdoll.
Consejos finales
Lleva un registro fotográfico o en video de los síntomas para mostrar al veterinario. Programar chequeos anuales (bianuales para gatos mayores de 10 años) es clave para la prevención. Recuerda: los gatos ocultan el dolor por instinto; detectar señales tempranas salva vidas.

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