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Rabia en gatos | Mininos.es

La rabia es una patología infecciosa viral que frecuenta mostrarse de repente y acabar con la vida del gato. La causan los Lyssavirus, o virus de la rabia. Aparte de los gatos, asimismo pueden contraerla otros animales, como perros, bóvidos, cerdos o pollos. Además, la íra tiene potencial zoonótico, por lo que la gente asimismo nos podemos infectar. La palabra Lyssa viene del heleno y significa algo así como ira frenética. Por su parte, el término español rabia proviene del latín rabies. Ambos términos reflejan los síntomas, como un aumento de la salivación y una conducta de ataque y mordedura. La íra en gatos es una epizootia de notificación obligatoria.

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Transmisión y características de la íra en gatos

El virus de la íra pertenece a la familia de los Rhabdoviridae. Existen once especies de virus de la íra en el mundo entero, siendo dos de ellas esenciales para los gatos:

  • El virus de la rabia tradicional se divide en dos formas: la forma selvática está especialmente en EE. UU. y Europa. Los vehículos más esenciales de esta manera viral son los carnívoros salvajes, como zorros, mapaches y mofetas. En cambio, la manera urbana es más habitual en Asia y África, y perjudica primordialmente a gatos, perros y personas.
  • Los Lyssavirus de murciélago europeo 1 y 2 (EBLV 1 y 2) ocasionalmente provocan infecciones en gatos y otros mamíferos.

La vía de transmisión principal son las lesiones de bocados, por las que la saliva infectada llega al cuerpo. Los gatos asimismo se pueden infectar por medio de lesiones abiertas. En la gente, los trasplantes de órganos asimismo influyen. Las primeras células en infectarse son las células musculares al descubierto en la herida. Ya que la musculatura tiene muchas fibras inquietas periféricas, los virus de la rabia tienen la posibilidad de llegar desde aquí al sistema nervioso central (SNC) mediante vías neurales ascendentes y al cerebro desde la medula espinal. Una vez ahí, la infección se sigue extendiendo mediante las vías neurales descendentes. Así, aparte de las glándulas salivales, también se inficionan los ojos y la piel.

Íra en gatos: ¿cuáles son los síntomas?

Cuanto mucho más cerca está la herida del SNC, mucho más veloz puede el virus infectar el tejido nervioso. Si un gato sufre la mordedura de un animal infectado, los primeros signos acostumbran a aparecer entre un par de semanas y un par de meses después.

Gracias a la migración a lo largo de las vías neurales, la rabia en gatos pasa por tres fases que se diferencian clínicamente como prosigue:

  1. Etapa prodrómica (2-5 días): Los gatos se lamen y rascan la herida y, además de vómitos, asimismo muestran nerviosismo y una conducta miedosa.
  2. Etapa colérica (2-7 días): el gato tiene espasmos musculares y convulsiones, que producen la fuerte salivación característica de la rabia. Además, como los gatos detallan agresividad y muerden, el peligro de infección es altísimo en esta etapa. Si esta fase no aparece o solo levemente, se denomina rabia silenciosa.
  3. Etapa paralítica (3-4 días): los gatos van perdiendo el saber pausadamente con capítulos de parálisis progresivos. Si esta parálisis afecta la musculatura respiratoria o cardiaca, el gato termina perdiendo la vida.


¿De qué forma se detecta la íra en gatos?

Los cambios de accionar repentinos no siempre deben ser un signo de íra. El veterinario debe descartar otras anomalías de la salud infecciosas (p. ej., toxoplasmosis o moquillo), fuertes dolores, heridas internas de los tejidos alterados (p. ej., por una hernia discal) y el agobio. Si el gato no está vacunado contra la íra, es obvio que hay que considerarla como posibilidad.

Desde este instante, es necesario poner al gato en cuarentena y también implementar medidas de protección.

Para corroborar el diagnóstico de rabia, primero hay que proponer preguntas al cuidador y revisar el estado de vacunación del gato. Si el veterinario llega a la conclusión de que probablemente el gato esté infectado de íra, esto debe confirmarse inmediatamente. Dado que la detección del virus directa o indirecta es muy difícil en gatos vivos, el diagnóstico habitual con un examen patológico se efectúa después de la desaparición o el sacrificio del animal. Estos son los métodos de detección actuales:

  • Mediante un examen histológico de tejido cerebral bajo el microscopio se tienen la posibilidad de detectar cuerpos de Negri (inclusiones en las neuronas).
  • La detección indirecta del virus se efectúa por medio de inmunofluorescencia (IF).
  • La detección directa se efectúa con métodos biológicos moleculares (p. ej., reacción en cadena de la polimerasa en tiempo real).

Tratamientos y pronóstico

La íra en gatos y otros animales es una patología mortal que no tiene cura. El Plan de contingencia para el control de la íra en animales domésticos en España prevé el sacrificio de los animales inficionados no vacunados.

¿De qué forma se puede prevenir la rabia en gatos?

Aunque en España no es obligatorio vacunar a los gatos de la rabia, sí que es una vacuna sugerida. Esto es de este modo especialmente para los gatos de exterior, que tienen contacto con animales salvajes, como los zorros. Desde el cuarto mes de vida ahora puedes llevar a tu gato al veterinario para inmunizarlo. Según la composición de la vacuna, es necesario revacunar cada uno o tres años. También es aconsejable evitar el contacto con animales salvajes sospechosos y alertar a las autoridades.

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